Con la tecnología de Blogger.
RSS

Sin manual de instrucciones… (1)


La timidez me sirvió para observar y  adentrarme en los personajes que  se desdibujan en nuestra sociedad. Después de varios años de  estudiar una carrera que refuerza tu carácter, pero sobre todo después de apasionarme por el periodismo, donde conoces tantas historias, he podido replantearme algunas situaciones o paradigmas peculiares que nos hacen daño y que están todavía muy arraigados en cada escenario de nuestras vidas.
No es cierto que  quienes cuestionamos los patrones absurdos de nuestra sociedad tengamos un ataque de resentimiento o de culpa.  Tampoco somos los y las iluminados-as que no hemos vivido una de esas situaciones que muchas veces cuestionamos, al contrario, pienso que replantearse dudas, desaciertos, y deshacerse de las limitaciones  es un ejercicio liberador.
Nos pasamos el tiempo cotejando cada paso que damos como si nuestra vida fuera una agenda. Sucede mucho con las relaciones de pareja, nos pasamos una buena parte de la vida planificando e idealizando esa persona que  “merece” estar a nuestro lado, y así vamos construyendo un catálogo de requisitos que en esencia nos hace infelices. Buscamos esa “perfección” que nos lleva a una relación monótona, distante, poco arriesgada, entre muchos otros calificativos. En esas relaciones  vivimos el amor como algo acabado, que no fluye, un amor avergonzado que termina matando la magia y carcomiendo nuestra imaginación.
 Quizás deberíamos preguntarnos ¿En qué creo?  ¿Cuál es el tipo de amor que deseo vivir? ¿El amor que fluye con el deseo, la pasión, la ingenuidad, la imperfección  o en el amor que condiciona, el superficial, el posesivo...? ¿Acepto el tipo de amor que me han enseñado? ¿Cuál es el significado que tiene ese "amor"para mi? Leyendo las líneas que el escritor Carlos Fuentes, le dedica a su amada Silvia, descubrimos  que lo más importante es dejar que la complementariedad fluya:
“Ella lo contiene todo. La belleza. El placer erótico pero también el simple placer de estar juntos, sentarnos a comer, dormir y despertar, caminar, viajar juntos, compartir amigos, discutir dudas, hacer planes, entender defectos, aceptar errores, amarnos incluso por lo que podría irritarnos o disgustarnos en nuestras personalidades y conductas. La alegría de tener hijos. La pena de perderlos. El respeto de los tiempos. Los diferentes gustos. La complementariedad de profesiones, intelectos, emociones: somos distintos y cada cual le da al otro lo que ya no le falta porque lo mío fluye hacia ella como lo de ella fluye hacia mí”… Carlos Fuentes
No hay manuales y no creo en la receta de la pareja feliz. Es hermoso cuando una relación vive en su mundo, cuando en una relación se vive el amor a plenitud, pero sobre todo cuando se aprende lo que dice Don Carlos: “Entre Silvia y yo todo lo que nos une, incluso lo que podría separarnos, se convierte en un punto de encuentro, interrogación y al cabo alianza”.  
Felicia Tavárez Suárez

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

0 comentarios: