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De los foros económicos, los tecnicismos y la falta de resultados. 2/2

Los foros económicos son ampliamente cuestionados por la incapacidad de los y las líderes para asumir compromisos que se traduzcan en la reducción de la pobreza, y en soluciones que permitan erradicar la desigualdad social. Sin embargo, mientras producto de la crisis económica mundial se continúa ensanchando la brecha entre ricos y pobres hay alternativas que pueden empoderar y crear una economía solidaria.
Estos encuentros tienen que replantear la manera en que están asumiendo sus “responsabilidades” para afrontar la crisis y tener una economía participativa. De manera inminente se necesita pasar de la retórica a una soberanía alimentaria y que sea en el campo donde se evidencien políticas económicas justas, donde los agricultores y campesinos-as sean parte esencial de las decisiones que contribuyan a crear niveles de vida con calidad.
Mientras la mayoría de los países latinoamericanos continúan centrando sus discusiones y otorgándole preponderancia al tipo de ideología que definirá  su modelo económico, político y social hay movimientos sindicales que han decidido impulsar proyectos, que además de generar innovación tengan como eje central el respeto por los derechos humanos ¿Cuales son esas alternativas? ¿Qué cambio de paradigma necesitan nuestras economías?  ¿A que nos referimos con  economías solidarias?
Economía solidaria  y comercio justo
La cantidad de tratados comerciales suscritos por los países de América Latina y del Caribe han estado lejos de constituirse en un aliciente para crear de manera acertada políticas de inversión que impulse el desarrollo rural. Es por eso que todavía existe una marcada desigualdad social, que se evidencia en la falta de acceso a la tierra, a tener reformas agrarias justas, y en la ausencia de recursos hacia el sector agrícola, convirtiéndose  en una estocada letal para el  desarrollo de nuestros campos y para la soberanía alimentaria que requieren nuestros países.
Pensar y trabajar por un comercio justo y economías que promuevan alternativas de autogestión es entender a la soberanía alimentaria como: “el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sostenibles de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental”[1] 
No podemos afirmar que los modelos económicos se acercan a un comercio justo cuando casi mil millones de personas pasan hambre cada día. En la República Dominicana el panorama rural es desolador, desde hace años la inversión en la agricultura dejo de ser una prioridad. De acuerdo con Oxfam una evidencia de que nuestro sistema está fallando es el DR-CAFTA ya que desde su entrada en vigor: “las importaciones de productos relevantes desde Estados Unidos se expandieron cuatro veces más que la producción y  miles de productores fueron desplazados”. Ante este escenario ¿Las cooperativas pueden ser una opción para erradicar la pobreza?
2012 Año Internacional de las Cooperativas
La Organización de Naciones Unidas (ONU) desde hace unos años, pero de manera especifica a través de su resolución 64/136 insta a los Estados a promover las cooperativas como una herramienta esencial para el desarrollo social, y como  una manera de crear una participación integral en el modelo económico de nuestros países. Más allá de definir o de establecer los conceptos de las cooperativas ¿Cómo podemos medir su utilidad en el escenario actual de la crisis global?
El 2012 será el año internacional de las cooperativas y esa decisión por parte de la ONU no es casualidad, durante estos tiempos de crisis las cooperativas han demostrado su valor. Un estudio realizado por El Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito señala que: “existen 49,000 cooperativas que agrupan a unos 177 millones de miembros en 96 países y lo que es más importante ninguna cooperativa ha necesitado recapitalización  gubernamental”.
Proyecto “Justa Trama” ¡Hacia una economía solidaria!
Una de mis preocupaciones al momento de escribir la segunda parte de este artículo era ir más allá de los cuestionamientos hacia la falta de resultados y compromisos de los foros económicos, situación que no es una novedad, pero que por el panorama de la crisis económica  se han sumado planteamientos negativos contundentes.
El proyecto “justa trama” en Brasil es una alternativa solidaria donde la dinámica de su desarrollo esta marcada por la autogestión y el trabajo colectivo. ¿Qué es justa trama? Este proyecto se define como una organización donde hay más de 700 asociados que participan en la agricultura familiar, la hilandería, el tejido, la confección y la artesanía, distribuidos en 6 Estados de la federación: Rio Grande do Sul, Santa Catarina, São Paulo, Minas Gerais, Rondônia y Ceará, abarcando por tanto, cuatro regiones de Brasil.[2]
Justa Trama está compuesta por 9 cooperativas. El cultivo del algodón, la fila y el tejido, las prendas de vestir y las semillas; que sirven como botones y accesorios son procesos desarrollados bajo el concepto de economía solidaria, y en valores como: la solidaridad, cooperación, el comercio justo y la sostenibilidad ambiental.
A falta de resultados, continúan los desafíos
•La última cumbre del G-20 fue un escenario desperdiciado, donde los y las líderes  no lograron promover soluciones y propuestas innovadoras ante los problemas que ha provocado la crisis global. No obstante,  algo valioso que se puede destacar de este encuentro fue el discurso de Bill Gates, cuando señaló que: “No habrá recuperación económica global duradera sin luchar contra la pobreza”.
•Hablar de la Ronda de Doha es catalogarla como un fracaso. Las ONG han manifestado su decepción en un encuentro que reúne a ministros y representantes de 153 países, pero donde las negociaciones permanecen estancadas y las reglas del juego no son cambiadas para beneficiar a los países pobres. 
•Las cooperativas son una alternativa para contrarrestar la pobreza, sin embargo, la inversión, la especialización en el campo y sobre todo la educación juegan un papel trascendental para pasar de un paradigma competitivo a uno solidario.
•Tenemos que movilizar un cambio de políticas y entender que el objetivo de alcanzar un comercio justo es una responsabilidad compartida, necesitamos que más organizaciones decidan  involucrarse para crear propuestas que puedan propiciar el cambio.
•Los encuentros económicos son importantes, los intercambios comerciales también, sin embargo, por años se han ignorado las responsabilidades y las soluciones que deben asumir nuestros gobernantes. Los verdaderos foros económicos se complementan con quienes padecen las consecuencias de un modelo económico excluyente, con la mujer víctima de las explotaciones agrícolas, con los que hacen posible que tengamos el alimento en la mesa, con aquellos que todavía no tienen respuestas y que su fuente de sustento es la agricultura.
•Los foros que realmente quieren soluciones integrales se despojan del egoísmo, de la pomposidad y permiten que las organizaciones sociales-rurales tengan un espacio garantizado, puedan tomar sus propias decisiones y sobre todo que puedan demostrar que una economía digna es posible.


[1] Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional CERAI.  http://www.cerai.org
[2] Proyecto Justa Trama Brasil. Cadena solidaria de algodón ecológico http://www.justatrama.com.br

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