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El mejor protocolo de protección: "Periodistas cuidando periodistas”



Darío Dávila Andrade, reportero y consultor independiente. Ha dirigido y entrenado equipos de periodistas en Sinaloa, Tamaulipas, Coahuila y Veracruz. Sus investigaciones han sido publicadas en Clases de Periodismo, Revista Sole, Emeequis, Metro, El Universal, Crónica, Reporte Índigo, Vanguardia, Noroeste y El Mundo.  Ha sido editor de la Red de Periodistas Internacionales (www.ijnet.org)  Es profesor instructor del  Centro de Formación en Periodismo Digital de la Universidad de Guadalajara y del curso "Cobertura Segura: Guías para el Periodismo en Zonas de Riesgo". Bajo el auspicio del International Center for Journalists (ICFJ).

Realizado por: Felicia Tavárez Suárez

La entrevista se realizó en el marco del trabajo académico entregado al Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) sobre la libertad de expresión/prensa en América Latina y República Dominicana 2011-2012. Investigación dedicada al periodista dominicano Orlando Martínez...



La situación de riesgo de la libertad de prensa en América Latina ha sido un tema de constante debate, sin embargo, las propuestas y los mecanismos tanto judiciales como gubernamentales no ha podido frenar la violencia contra los periodistas. La organización Reporteros Sin Fronteras en su último informe: “2011, un año nefasto para la prensa” establece que: “ En Honduras, Perú, México y Colombia se producen denuncia de persecuciones sistemáticas contra los medios de comunicación” México ocupa un lugar preocupante ya que según el informe: ha sido el país más peligroso para la prensa en el continente americano en 2011. En México los asesinatos de periodistas se produjeron "en el trágico contexto de la ofensiva federal contra el narcotráfico, que ha dejado 50.000 muertos en cinco años".[1]

En los últimos meses Ecuador ha sido uno de los países de América Latina con alarmantes signos de represión contra la prensa, con el descreidito hacia los periodistas y procesos judiciales imponiendo condenas desproporcionadas. Ante ese escenario hay sectores que han querido legitimar las acciones llevadas a cabo por las autoridades, estableciendo que la libertad de prensa requiere de límites y que los periodistas necesitan enlazarse a una investigación rigurosa antes de publicar informaciones que podrían ser catalogadas como “injurias”.

Las reacciones de los organismos internacionales de Derechos Humanos  ha sido contundente y la Corte Interamericana a través de sus sentencias ha establecido que: “Los funcionarios públicos tienen un nivel diferente de protección de su reputación o su honra frente a las demás personas, y correlativamente deben tener un mayor nivel de tolerancia ante la crítica” [2]

La autocensura y la intimidación provocada por los cárteles de drogas es otro de los ingredientes nefasto para la labor de la prensa en América Latina, pero principalmente para la prensa Mexicana. Los periodistas Mexicanos han tenido que crear mecanismos que les permita contar estas y otras historias ante circunstancias cada día más hostiles.

Reporteros con un alto nivel de experiencia para cubrir noticias en situaciones de alto riesgo han diseñado un curso sobre: Cobertura Segura: Guías para el Ejercicio Periodístico en situaciones de Alto riesgo, con el apoyo del Centro de Periodismo Digital (CPD), el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ), la Universidad de Guadalajara y la Embajada de Estados Unidos en México. Los expertos durante el curso proporcionan pautas y recomendaciones  transcendentales para una cobertura segura.

Respecto a la ética y la solidaridad dentro del gremio periodístico, los expertos han destacado varios puntos que algunos periodistas olvidan durante el ejercicio de la profesión:

“Hay que seguir nuestra ética personal; ser honesto y buen ser humano, mantener un nivel de vida sencilla y no fanfarrones, respetar la ley, ser coherentes y no ser ostentosos ¿Por qué? por congruencia. En el caso de las amenazas si un colega es amenazado, todos son amenazados. “No hay diferencias entre reporteros por nivel  de riesgo. Todo reportero debe conocer de protocolos de seguridad”, dijeron.”[3]

Para hablar de estos temas conversamos con Darío Dávila, reportero y consultor independiente, profesor instructor del  Centro de Formación en Periodismo Digital de la Universidad de Guadalajara  y  del curso Cobertura Segura: Guías para el Periodismo en Zonas de Riesgo.

1-La situación de la libertad de prensa en América Latina es preocupante. Un informe realizado por  la Organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) titulado: "2011, un año nefasto para la prensa"  indica que Honduras, México, Chile y Colombia  son los países donde se registran persecuciones y amenazas graves hacia los periodistas ¿Cuáles aspectos son claves para que estos países puedan implementar un protocolo de protección para periodistas?

El mejor protocolo tiene que salir de los propios periodistas, los periodistas debemos concentrarnos más en lo que nos une y menos en lo que nos separa. ¿Qué nos une más? Nos une más la capacidad de seguir contando historias que expliquen la realidad, pero de forma segura, nos une más desterrar el ego y la arrogancia que ha marcado a muchas redacciones y a las asociaciones de periodista.

En México los periodistas tardamos mucho en ver el espejo colombiano, porque además hemos superado a Colombia en dosis de violencia. Cuando se dice que en México se ha colombianizado me parece que hemos sido muy irresponsables, porque la situación de Colombia ha sido muy diferente al contexto Mexicano. Respecto a los protocolos de  protección para periodistas los reporteros en mi país hemos comprendido lentamente, a veces a cuenta gotas, que las exclusivas ya no te hacen mejor reportero, y que las exclusivas les pertenecen a las audiencias, pero que también las exclusivas  pueden contarse de manera más segura cuando se comparte información.

En algunas regiones de México los periodistas salen a trabajar en convoy, justamente para protegerse de posibles agresiones, algunas redacciones han diseñado mecanismos de comunicación interna con sus reporteros o incluso con las familias de los reporteros. Tenemos una cultura que ha ido avanzando de cómo protegerse mejor de las agresiones, a saber que las agresiones no son únicamente de un grupo armado, y de determinados sectores políticos, porque ahora las agresiones o las amenazas contra los periodistas pueden venir de diferentes fuentes, tan diferentes como los propios periodistas.

Hay un fenómeno que se ha acentuado en los últimos dos o tres años en México y es el caso de periodistas que son informantes, que han sido corrompidos, desconozco si por amenazas, o bajo que otro contexto, por ejemplo en algunos Estados como Veracruz, Tamaulipas, Michoacán, Coahuila o Nuevo León han sido corrompidos por organizaciones criminales, entonces los reporteros son informantes de estas organizaciones, pero también pueden de alguna manera alertar o incluso ser voceros de estos grupos criminales a otros periodistas, para que omitan algún tipo de información que afecte los intereses de ese grupo.

Considero que el mejor protocolo tiene que surgir del propio gremio periodístico, tenemos una serie de manuales sobre la protección de periodistas que le indican técnicas para que se reporten mientras estén caminando, llevar en algunas coberturas chaleco antibalas y  portar identificaciones. Se nos dice que hay que ir identificados para que en una situación de mucha tensión estén informados que hay  periodistas en la zona, también ser transparentes con las fuentes y con el acceso hacia las fuentes.

La realidad es que, desde hace casi un año las agresiones contra periodistas que traen un gafete son más comunes en ciudad Juárez. En Chihuahua, México,  el jefe de la policía local a través de su corporación ha intimidado, humillado y golpeado  a los reporteros por el sólo hecho de tomar fotografías de los operativos que realizan, con esto quiero decir que los manuales de protección funcionaran en la medida en que los periodistas se comuniquen mejor, en la medida en que los empresarios entiendan que un periodista mejor preparado es un periodista que puede cuidarse mejor, es un periodista que domina ciertas herramientas para contar mejores historias a través de tecnologías móviles.

En el periodismo caminamos con una ética interna y uno hace o deja de hacer con esa ética de ahí que, los mejores protocolos en nuestros países para periodistas no tienen que venir del Estado, sino de los propios reporteros organizados, periodistas cuidando a periodistas.

2-Muchos de los países latinoamericanos no tienen una estructura efectiva para proteger a periodistas. Usted ha colaborado en las guías para el Ejercicio Periodístico en Situaciones de Alto riesgo ¿Cómo debe responder un periodista en un escenario donde su vida se encuentre en peligro? ¿Cómo se ejerce un periodismo de alto riesgo?

Los periodistas tenemos una responsabilidad de entender por qué se produce esa tensión. Si los periodistas sólo nos dedicamos a reproducir masivamente los números de muertos, las balas gastadas, las bajas de un bando criminal  o de otro, no estaremos explicando absolutamente nada. En este tema de los conflictos relacionados con la violencia no existe una sola verdad, sino varias verdades, los periodistas tenemos también en nuestras manos la enorme responsabilidad de analizar y cambiar ese discurso que se nos ha vendido, sobre esto que han llamado “guerras”.

Creo que tenemos el deber de desvictimizar estos conflictos ¿Qué hemos hecho los periodistas en estos escenarios de riesgos? Algunos han ido a contar de manera efusiva que están en medio de las balas, que hay muchos muertos, que hay cadáveres, hay por ejemplo, un programa Radiofónico en México del señor  Jacobo Zabludovsky, donde los reporteros a nivel nacional ofrecen un parte de guerra y cada que un reportero juega a dar ese parte de guerra solamente esta dándole normalidad al conflicto de la violencia, sin explicar absolutamente nada.

Por eso creo que los periodistas estamos más en riesgo cuando huimos de la capacidad  para explicar lo que sucede en esos conflictos, cuando sólo nos limitamos a enunciarlos, cuando vendemos a costa del dolor ajeno. 


Por supuesto hay algunas reglas básicas como ser honesto/a al momento de aproximarte a las fuentes en un momento de tensión, hay que respetar la dignidad de las personas, no ser arrogantes en un momento ríspido cuando te encuentras frente a militares que están acordonando una zona, tenemos que entender que ellos están haciendo su trabajo, que ellos también cometen errores, que hay una verdad que contar de ellos, pero también que hay una verdad de los sicarios,  de los políticos que han corrompido el sistema, y alumbrar una verdad de las víctimas, por eso ejercer un periodismo de alto riesgo no sólo se limita a cuidarse de las balas, sino a cómo logro entender la realidad que me rodea, cómo logro traducirla, y contar   historias que  puedan mostrar ejemplos esperanzadores de gente que hace algo para modificar su entorno.

Tenemos la responsabilidad en todo ese riesgo de ejercer un periodismo donde no escapemos de traducir lo que nuestros barrios nos están gritando, creo que el mayor riesgo de ejercer un periodismo en estas circunstancias en México es huir de querer traducir la realidad y sólo estarla enunciando.

3- ¿Cómo evalúa la ética periodística? ¿Podríamos hablar de una crisis en el ejercicio de la profesión?

A veces la ética es una moda, porque algunas redacciones en América Latina tienen cuadros pegados en sus oficinas relacionados con la ética, pero a veces estos cuadros sólo son adornos en las paredes, porque en realidad algunos reporteros utilizan documentos sustraídos, ocultan su identidad como periodista,  inventan comillas o declaraciones, venden a costa del dolor, no confirman los datos, aceptan un regalo de fin de año de navidad de un alcalde o invaden la intimidad de las personas, olvidando que son personas, chantajean a las fuentes, profesan el cinismo y  utilizan la credencial de periodista para pedir favores. 

Alguno de estos pecados podrían indicar que hay una crisis, pero no se trata de estar coleccionando historias oscuras sobre lo que hacemos mal los periodistas, también existe otro tipo de periodismo, un periodismo hecho con honradez, el que tiene dignidad con las personas, aquel que llega donde una madre que acaba de perder a su hijo por un accidente y no le pregunta cómo se siente. 

Creo que hay un periodismo que le recuerda a los periodistas para qué están de pie, un periodismo que mira más a los de abajo y descubre a los de arriba, porque no se trata de humanizar, sino de descubrir a las personas, ese buen periodismo confirma que se pueden seguir haciendo cosas buenas y que la crisis será en proporción a esa gran escala de valores donde los periodistas tenemos que caminar a diario, pero sobre todo, aplicarlas y que dejen de ser cuadros pegados en las redacciones que solamente adornan las paredes.

4-Lamentablemente para muchos medios no es importante que los principales protagonistas sean las personas en situación de pobreza o las víctimas de violaciones de derechos humanos ¿Es posible hacer un periodismo humano? ¿Por dónde empezar?

Hay que hacer un periodismo que traduzca los conflictos, hay que hacer un periodismo desde las personas y no desde los edificios. Estamos muy acostumbrados a tener agendas que no son ciudadanas, sino agendas dictadas por el poder y para el poder.

Recientemente ofrecía un taller para periodistas Mexicanos en los Estados de Durango, Zacatecas, Guanajuato, y del DF y nos preguntábamos ¿Cuál es la responsabilidad social del periodismo? Creo que no podemos estar metidos en un cuadro de desesperanza ante las situaciones que rodean a nuestros barrios y a nuestras comunidades, a veces nos enfocamos exclusivamente en lo que vende, pero no en los hechos paralelos que están desencadenando acciones ciudadanas para cambiar esas realidades.

Creo que la importancia que pueden o no darle algunos medios al cubrir los temas de violencia tiene que ver con un espíritu propio del reportero, cuando algunos periodistas me dicen que sus jefes los enviaron a entrevistar a una viuda en un velorio yo les digo que antes de hacer esa entrevista se pegunten si son empleados o periodistas, porque si son empleados van a cumplir con la cuota como si fueran productores masivos de salchichas, pero si son periodistas y caminan con una ética interna podrán tener el valor de cuidar la dignidad de esa persona y a partir de ahí, hacer ese periodismo humano ¿Por dónde empezar? Por uno mismo, por mirar hacia dentro y en cómo estoy haciendo las cosas.

5- ¿Cuál es el rol que desempeñan las redes sociales en el periodismo? ¿Es correcta la visión que tienen los/as periodistas sobre el uso de estas redes?

Sería un juicio de valor decir si es correcta o no la visión que tienen los periodistas, porque no la conozco, pero lo que si  puedo decir es que, desde mi perspectiva las redes sociales son una gran conversación que puede ser aliada del periodismo cuando el propio periodismo le coloca los filtros necesarios, para que esos contenidos tengan octanaje periodístico.

El problema de muchos periodistas con las redes sociales es que se les olvida que uno no deja de ser periodista en Facebook o en twitter. En lo personal creo que nos dormimos y levantamos con el traje de periodista, en la medida en que las redes sociales construyan a una mejor conversación también habrá mejores ciudadanos.

No se trata de que los periodistas deben delinear o enmarcar de que manera comportarse en las redes sociales, sin embargo, considero que necesitamos un inventario de buenas prácticas que ayude a los periodistas a saber cómo moverse en estos pantanos de si twitteo mi información o la confirmo, sobre si twitteo desde mi cuenta personal o desde la cuenta del periódico, si coloco en Facebook la foto de un determinado político o de determinado narcotraficante y después la foto de mis hijos, estas cosas debemos practicarlas más a fondo los reporteros, además de tener reglas muy claras sobre esa conversación, que insisto debe tener un filtro periodístico.

6-¿Cuáles desafíos tiene la prensa de México ante la presencia del narcotráfico? ¿La autocensura?
El mayor desafío de los periodistas en estos conflictos es eliminar las etiquetas y caminar más los barrios, para traducir esas realidades. No comprar el discurso de que la guerra es responsabilidad de uno, pero tampoco huir de explicar de quienes otros es responsabilidad.

En algunas zonas de México es una forma de seguir vivo, porque no hay los suficientes respaldos empresariales o de otra índole para los periodistas, entonces a veces es mejor para algunos guardar silencio sobre lo que ocurre en sus comunidades antes de que ellos o sus familias sufran alguna agresión.

El principal desafío de los periodistas mexicanos es poder digerir la  realidad, pero no sólo con forma de balas o con violines de fondo, sino con propuesta, generar una agenda de propuestas no sólo de desesperanza.

7-De acuerdo con el Comité de Protección para periodistas CPJ: el 85 por ciento de los crímenes contra periodistas queda sin castigo judicial ¿Cuáles son las transformaciones que necesita el sistema? ¿Cuál es la situación en México?

Primero, que los periodistas se unan para cuidarnos entre nosotros, que las reformas estructurales del país se lleven a cabo en materia judicial, en materia económica y tercero que en esa reestructuración  no puede estar ausente  la participación de los periodistas,

En México hay iniciativas de diseñar protocolos de protección para periodistas sin que se les consulte, creo que los periodistas tenemos que salir al encuentro de estas propuestas y no quedarnos en la comodidad de nuestras redacciones esperando que las noticias se construyan solas y que nuestro entorno mejore.
  
8-Hace unos días leía un artículo sobre la “Prehistoria de la solidaridad” donde señalaba que: "Para sobrevivir es mejor estrategia la solidaridad que la competencia" ¿Se necesita más solidaridad entre los periodistas ante la situación del periodismo en el contexto actual?

Urge una solidaridad activa, no se trata solamente de lamentar las agresiones a los periodistas. Los periodistas también suelen caer en la condenocracia y en la lamentocracia. La solidaridad activa implica que si investigo un tema puedo compartirlo con los periodistas de otra región.

El empresario tiene que tener conciencia de que un periodismo de calidad es buen negocio y que un periodista bien pagado será un periodista que contara mejores historias. La solidaridad en el contexto del periodismo en México no puede ser exclusiva de los periodistas, sino de todos los que necesitan a los periodistas, incluidos a los periodistas.




[1] Informe Reporteros Sin Fronteras: “2011, un año nefasto para la prensa” http://www.rsf-es.org/Les recomiendo: México, el país más peligroso para los periodistas en América http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/07/comunicacion/1328631143.html

[2] Corte I.D.H Caso Kimel Vs. Argentina. Sentencia 2 de Mayo de 2008 Serie C No. 177, Párr. 86-88 ver en línea : http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_177_esp.pdf

[3] Portal Web Periodismo Indeleble: “Cuidan periodistas a periodistas” http://darioantonio.blogspot.com/2010/05/cuidan-periodistas-periodistas.html


La foto y el perfil del entrevistado proporcionados por: http://seminarioperiodistas.wordpress.com/participantes/dario-davila/

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“Es bochornoso lo que se gasta en medios y en política en la República Dominicana un país donde hay pobreza”



La Dra. Flavia Freidenberg es de nacionalidad Argentina. Doctora en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca (2001) y Master en Estudios Latinoamericanos por la misma Universidad (1999). Subdirectora del Instituto Interuniversitario de Iberoamérica  de la Universidad de Salamanca (España). Ha realizado consultorías para el BID, PNUD, International IDEA, Ágora Democrática Ecuador, Fundación Arias para la Paz, Participación Ciudadana (Ecuador) e Instituto Interamericano de Derechos Humanos/CAPEL. Ha publicado varias obras dentro las cuales se destacan: “El sueño frustrado de la gobernabilidad: instituciones, actores y política informal en Ecuador”; y el libro “Selección de candidatos y democracia interna en los partidos de América Latina”.

Cuando hacemos un recorrido por los aciertos y desaciertos que han tenido nuestros países podemos reafirmar que nuestra región vive en una constante paradoja. Los datos ofrecidos por la CEPAL concluyen que: “América Latina es la región más desigual en el mundo, cinco de los diez países más desiguales en el mundo se encuentran en América Latina. Sólo Chile ha logrado disminuir significativa y constantemente  la tasa de pobreza desde 1990” [1]

Hemos tenido avances en nuestra democracia, quizás uno de los mayores logros es la celebración de elecciones periódicas libres, por lo menos, en la mayoría de los países de América Latina. Desde una perspectiva más general para el Programa de las Naciones Unidas (PNUD) el mundo es más democrático: “de los 140 países en los que se convoca elecciones multipartidista, el 80 por ciento (el 55 por ciento  de la población mundial) son plenamente democráticos”.[2]

Sin embargo, nuestra “democracia” está fallando, porque hay un alto nivel de debilidad institucional, pobreza, e injusticia social en todas sus manifestaciones ¿Por qué los avances democráticos no han erradicado la brecha de la desigualdad social? Probablemente encontramos la respuesta en lo que el PNUD ha denominado como “democracia de ciudadanía” Es decir, América Latina se ha quedado rezagada en una democracia electoral donde nuestros derechos continúan limitados.

Ante ese escenario los partidos políticos desempañan un rol esencial para canalizar las necesidades de los ciudadanos, pero el populismo, las promesas incumplidas, el clientelismo y la corrupción hace que nos preguntemos ¿Los partidos políticos realmente representan una opción para alcanzar la construcción de una democracia de ciudadanía? Las fórmulas partidistas siguen vigentes, no obstante, el empoderamiento ciudadano ha cobrado un protagonismo necesario para visibilizar y mejorar nuestro sistema.

Más allá de las críticas tenemos que asumir responsabilidades, por eso coincidimos con las palabras del Dr. Dante Caputo[3], cuando dice que: “No hay malestar con la democracia, pero hay malestar en la democracia. Y para resolverlo es indispensable hacer uso del instrumento más preciado que ella nos brinda: la libertad. Libertad para discutir lo que molesta, lo que algunos preferiría que se oculte. Libertad para saber si lo que discutimos es lo que precisamos discutir o lo que otros nos han impuesto, para saber cuáles son nuestras urgencias y prioridades”.

Para hablar sobre el rol de los partidos políticos, los desafíos de América Latina y la República Dominicana en los procesos electorales, entre otros temas, conversamos con la Dra. Flavia Freidenberg, politóloga y Subdirectora del Instituto Interuniversitario de Iberoamérica en la Universidad de Salamanca (España).


[1] Datos proporcionados por el Banco Mundial. Fuente: Portal Web The Inter-American Dialogue. Ver en línea http://www.thedialogue.org/PublicationFiles/Politica%20Social%20Sintesis%20No%201%20Pobreza%20y%20Desigualdad%20en%20America%20Latina.pdf

[2] Portal del Programa de las Naciones Unidas (PNUD). Informe Sobre Desarrollo Humano. Madrid, Mundi-Prensa . En línea http://hdr.undp.org/en/media/libro_hdr_entero.pdf P.2

[3] Dante Caputo, politólogo argentino. En la actualidad es asesor especial del Secretario General de la OEA y Co-director del segundo informe sobre la democracia en América Latina, Nuestra Democracia. Miembro del Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Argentina. 


La foto de Flavia Freidenberg, obtenida de http://www.clacso.org.ar/ Una versión de la entrevista fue publicada en la Revista Communis Opinio de la PUCMM.

Realizado por: Felicia Tavárez Suárez

 1-A través de los procesos políticos y sociales, hemos podido percibir avances en la política latinoamericana. Asimismo, podemos afirmar, como lo establece el Informe de las Naciones Unidas denominado “La Democracia en América Latina”, que tenemos una democracia electoral. Sin embargo, desde la perspectiva de la Ciencia Política, ¿Cuáles carencias presenta la democracia de ciudadanía (si la podemos llamar así) para que nuestros derechos sean efectivos?

FF: Creo que, desde la década del 70, nosotros en América Latina estamos pasando por un proceso sin precedentes en la historia de la región, que tiene que ver, no sólo con la celebración de elecciones cada cierto tiempo (que supone la alternancia y la rutinización de unos procesos y unas prácticas relacionadas con la democracia), sino también con algunas otras cuestiones vinculadas al compromiso de los actores políticos. Los conflictos se resuelven a través de mecanismos consensuados, y los actores políticos tienen el compromiso de respetar una serie de derechos y una serie de garantías.

El compromiso de los actores y de las instituciones políticas con respecto a la manera en que se hacen las elecciones es importante, y por eso estamos convencidos de la necesidad de que no sólo se celebren elecciones (lo cual, dicho de esa manera, parecería  algo poco importante, y no creo que lo sea), sino que se mejore la calidad de esas elecciones.

Es cierto que América Latina ha vivido en los últimos 30 años un proceso de rutinización de procesos electorales, y lo ha hecho teniendo en cuenta que las elecciones son un procedimiento para resolver conflictos, y que la política democrática es la manera en que conseguimos consignar intereses distintos en sociedades fragmentadas por una vía que sea legal, institucional y que de alguna manera respete los derechos de los ciudadanos que viven en esa sociedad democrática. A mi parecer, esto ha sido muy positivo, considero que América Latina ha efectuado procesos importantes en el camino hacia la democratización.

Considero que no podemos utilizar el concepto de “Democracia Electoral”, porque en realidad es la democracia en sí, ya que, si decimos democracia electoral, es como si le estuviéramos poniendo adjetivos negativos a los procesos que hemos desarrollado hasta el momento, lo cual me parece que sería injusto para los esfuerzos de muchos demócratas en América Latina. Quiero confiar en que las elecciones son necesarias, son un paso evidentemente, aunque no es lo único que tiene que hacer una democracia, pero es un paso muy importante, y si le ponemos “democracia electoral”, podemos dar el juego a quienes piensan que esto no es importante, lo cual no es el objetivo de quienes nos preocupamos por la democracia.

En los últimos 30 años, lo que tenemos en América Latina son procesos muy importantes en los que se han tomado los pasos necesarios y fundamentales para poder desarrollar una democracia.

Lo que estamos viviendo y experimentando es un proceso de democratización que ha conllevado diferentes etapas. Generalizar diciendo que todas las elecciones en América Latina son de la misma manera evidenciaría un pensamiento simplista. Es cierto que hay tareas por hacer con respecto a como se hacen esas elecciones, considerando cuáles son las condiciones económicas, políticas, e ideológicas, en las que se dan esas elecciones, condiciones  que daré con una serie de preguntas a modo de ejemplo:

a) ¿Todos los candidatos tienen las mismas condiciones socioeconómicas, o las mismas oportunidades socioeconómicas para defender su candidatura en una campaña electoral? En caso de que la respuesta sea negativa, entonces esa democracia y esas elecciones tienen problemas, en caso de que la respuesta sea afirmativa, entonces cotejamos, hacemos una lista y decimos esto lo cumplimos;

b) ¿Las instituciones electorales, la Junta Central Electoral, o el Tribunal Supremo de Elecciones (como se llame en cada país) son independientes del poder político? En caso de que la respuesta a esa pregunta sea negativa, entonces tendríamos que preocuparnos, porque esa democracia tendría condicionantes, y, en caso de que la respuesta sea afirmativa, entonces en nuestra lista cotejamos, es decir, decimos que esto también lo cumplimos;

c) ¿El acceso de comunicación a los candidatos está regulado y es equitativo para todos, o hay unos que tienen más dinero y, por ende, más posibilidades de comprar más espacios en los medios de comunicación? Si se da el primer caso y todos tienen la misma oportunidad de acceso, entonces decimos: ¡fantástico, eso es bueno para la democracia!, pero si se da el segundo, entonces estos candidatos tendrían más posibilidades de exponerse ante la opinión pública, lo cual entonces nos debería preocupar, ya que las elecciones serían inequitativas.

De lo que se trata ahora es de estudiar y de pensar en la calidad de las elecciones que se están celebrando en América Latina. Yo creo que ése es el objetivo al que tendríamos que estar apuntando los académicos, los analistas, y los consultores; no tanto el preguntarse si esa es una “democracia electoral”. De hecho, se trata de una democracia mucho más consolidada e institucionalizada que en otros países.

Creo que la idea de la democracia está extendida, prueba de ello es el hecho de que no haya actores políticos que quieran provocar un retroceso autoritario. Debemos más bien preguntarnos en qué condiciones están nuestras democracias, es decir, ¿cuál es la calidad de los procesos electorales, de las prácticas democráticas, y de las instituciones que participan en esas democracias?

Mucha gente cree que la democracia es la voluntad de la mayoría y ya. Estaba en una conferencia, cuando un profesor colega mío, me preguntó algo que me intrigó: ¿Qué pasa en una sociedad cuando la mayoría elige en contra de la democracia? Una de las preocupaciones que deberíamos tener es que la democracia debería ser obviamente la voluntad de la mayoría protegiendo los derechos de la minoría.

En algunos países de América Latina se han dado recientemente procesos en donde la mayoría elige opciones que buscan reformar situaciones o dinámicas políticas, buscando un cambio, con respecto del cual tengo mis dudas. Si estamos siendo cuidadosos con los derechos de las minorías, es necesario saber que en algunos países de América Latina (no es el caso de la República Dominicana) lo que hay es una tensión entre los intereses de la mayoría y los intereses de unas minorías que no están de acuerdo con ese cambio, pero como la mayoría ganó en elecciones, tienen legitimidad de origen.

El problema es cuando esa mayoría legitima procesos que minimizan los derechos de unas minorías. Ahí hay un segundo desafío de cara a la democracia en América Latina. El primer desafío es la calidad de las instituciones, calidad en los procesos, es decir, cómo hacemos las elecciones, quiénes tienen acceso, cómo es ese acceso para hacer campaña, cómo la gente traduce sus preferencias en votos. Es legible, es fácil, es sencillo ir a votar; el Estado llega a cada rincón del país.

2-La historia política dominicana ha estado matizada por diferentes etapas sociales y políticas. En contraste con esos cambios y con la transición democrática, se ha presentado una tendencia que cuestiona el rol de los partidos políticos, planteando que éstos (por ciertas circunstancias, como el clientelismo) no representan los intereses de los ciudadanos. Sin embargo, los partidos todavía existen, y aún no se ha creado una figura que pueda sustituirlos, en ese sentido ¿Cuál es su visión sobre esa tendencia? ¿Cómo se debería cuestionar el rol de los partidos políticos en el sistema democrático?

Tengo una posición quizás bastante dura sobre este tema. He defendido, junto al profesor Alcántara, la idea de fortalecer a los partidos en América Latina, pues estamos convencidos de que sin partidos políticos no hay democracia. Los esfuerzos deben ir orientados a mejorar la democracia interna y el pluralismo en los partidos, así como a mejorar la manera en que se comunican los candidatos con los ciudadanos, y a mejorar los niveles de control que los ciudadanos tienen de los partidos y de los políticos en épocas no electorales.

Me parece que es una necesidad urgente cambiar la manera de hacer política, que no significa eliminar a los partidos políticos como institución, sino transformar la manera en que se hace política.

En países como la República Dominicana, los ciudadanos interactúan con los políticos por tres vías: a) De manera programática: Es decir, yo te pido a ti, político, que me des ideas, y yo te elijo en función de tus ideas; b) De manera ideológica: Yo te pido político, que nada más representes la ideología de Juan Bosch (por ejemplo) y ya, pues por todo lo que hagas en nombre de él yo te voy a votar; y 3) De manera clientelar: Yo a ti, político, te pido que me resuelvas cosas concretas de mi barrio o de mi pueblo, o te pido trabajo o recursos. Siguiendo esto, cuando los ciudadanos dejen de pedir trabajo, recursos, bolsitas, despensas y demás, y sólo pidan ideas y programas, entonces hablaremos de cómo cambiar a los Partidos; pues, cuando los ciudadanos ya no pidan recursos clientelares, los políticos no tendrán a quiénes ofrecer esos recursos clientelares. Es como la regla de la oferta y la demanda: cuando la demanda cambie, no va a haber oferta, pues no va a ser racional ni económicamente factible.

Ahora bien, lo que estoy diciendo es absolutamente idealista, ya que en sociedades con necesidades básicas insatisfechas, con una cultura de la legalidad muy mínima, y con una manera de relacionarse basada en vínculos y compadrazgos (en resumen, con una cultura política de lo informal), es muy difícil que esto cambie. No justifico a los políticos, pero ellos son actores racionales, no pueden ir a ofrecer ideas o programas si la gente para votarles les pide otra cosa.

Lo que se puede hacer es mermar las opciones de ofertas clientelares desde el plano del diseño institucional, desde las reglas de juego, desde las reglas electorales. Por ejemplo, las caravanas en donde supuestamente tenemos que evaluar la fuerza de un candidato por la cantidad de gente que les está vinculando, son excelentes escenarios de clientelismo político, pues uno ve a la gente con una devoción espectacular por líderes que no tienen carisma, es simplemente algo que no es real, un mero foco de clientelismo.

Cuando los políticos van de casa en casa, si no van con una respuesta concreta a las necesidades concretas de la gente, ésta le dirá “¿qué me vienes a ofrecer? porque viene el otro candidato del otro partido, y me lo va a dar”. Es necesario un cambio en la cultura democrática, en la cultura de la legalidad y en las reglas electorales, creándose instituciones electorales que castiguen incluso con pérdida de candidatura a aquellos que hagan clientelismo, pero eso hasta ahora es una vana ilusión. No me satisface el hecho de saber que eso es un ideal y quedarme sentada mirando sin hacer nada. Es una cuestión idealista, por ejemplo, el acceso a los medios de comunicación.

En la actualidad hay dos modelos en boga en el mundo: 1) Los Partidos compran todo el espacio que quieren, y 2) Los políticos no pueden comprar todo el espacio que quieren, y eso se canaliza a través de la institución electoral para reducir los costos de las políticas.

Aquel país que tiene la primera opción no es que está mal o peor, lo que tiene es más gastos en política, es decir, lo que es bochornoso es lo que se gasta en medios y lo que se gasta en política en sociedades donde hay pobreza (como en República Dominicana).

Los políticos quieren ganar elecciones, y si la gente exigiera pluralismo y democracia interna, los políticos se cuidarían en la manera de elegir a sus candidatos y respetarían las decisiones internas, pues cuando los políticos ven que a los ciudadanos esto no les importa, le conceden menos interés a preocuparse por la manera en que se selecciona a los candidatos. Entonces no se trata de eliminar a los partidos políticos, se trata de mejorar la manera en que éstos y los políticos participan en la democracia. Las alternativas outsider de gente mesiánica que creían tener la solución no han cambiado la practica democrática en esas sociedades donde nacieron, sino que las ha hecho más autoritarias.

Hubo una época donde el tema era “vamos a eliminar a los Partidos y van a surgir movimientos”, y esos movimientos que han surgido no son instituciones que vienen de otro planeta, simplemente surgen en la misma sociedad en que viven.

3-En la República Dominicana, la elección de los candidatos que realizan los partidos políticos ha sido ampliamente cuestionada, porque sólo se toma como parámetro la popularidad, así como otros elementos exiguos. En su libro “Selección de Candidatos y Democracia Interna en los Partidos de América Latina”, usted plantea que: “la elección de un candidato es una de las decisiones más importantes que los miembros de un partido pueden tomar. El proceso por medio del cual se llega a esta decisión es uno de los momentos más significativos en cualquier organización partidista”. En ese sentido: ¿Qué tipo de análisis deben realizar las organizaciones partidistas para elegir a sus candidatos? ¿Qué propuestas puede mencionar?

La manera en que se selecciona a los candidatos genera consecuencias sobre otras dimensiones de un partido político. En América Latina hay cierta conciencia entre los actores partidistas de que es importante ser cuidadoso en la manera en que se selecciona a los candidatos, y hay experiencias distintas (como en República Dominicana) en donde el voto del militante importa y se genera competencia interna dentro del partido político.

Hay recursos para hacer esos procesos, lo cual me parece significativo. Hacer elecciones primarias o elecciones internas y cerradas dentro de un partido representa un paso importante en el proceso de democratización interna de los partidos políticos, y es algo que todos deberíamos aplaudir. El problema es cuando se hacen esos procesos y luego la cúpula de un partido o el líder de un Partido (en función de alianzas con otros partidos o en función de otros tipos de intereses) quitan ese derecho de candidatura a aquel que ganó la candidatura interna, y que además renuncie a ella por cuestiones ideológicas.

En la práctica, se trata de personas que han gastado entre ochenta mil y cien mil dólares en hacer una pre-campaña con la meta de poder obtener un puesto político, y se queda truncada su selección a la mitad. Yo siempre suelo decir que si un político gasta ochenta mil en una pre-campaña y cuatrocientos mil en una campaña, deberíamos preguntarnos:

¿Cuánto espera ganar? Imagínate, fue un dinero invertido que nunca vas a recuperar. De todo, es lo que menos me preocupa, pues nadie obliga a un político a invertir ese dinero, es una decisión personal. Lo que sí me preocupa es la consecuencia para la democracia, es decir, los contratos que se tienen que apalabrar o los acuerdos que se tengan que hacer, o la manera en que tú tengas que funcionar para que una vez en la práctica política puedas dar respuesta a quienes te apoyaron, eso genera una serie de consecuencias.

Creo que es muy importante seleccionar competitivamente a los candidatos. Por ejemplo, yo participé en un diagnóstico para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Panamá sobre Selección de Candidatos, y una de las cosas que propusimos (y que está en debate para la Reforma Electoral panameña) es el hecho de que los candidatos que salgan elegidos en las internas tengan que ser inscritos automáticamente en los Tribunales Electorales, es decir, que el resultado en la interna tenga potestad automática como candidaturas frente al Tribunal; y que las alianzas se tienen que hacer antes no se pueden hacer después. Esto se hace desde el diseño electoral, pero tiene que haber un compromiso de los actores partidistas para aceptarlo.

4-¿Cómo definiría el transfuguismo? ¿Cómo se presenta en Iberoamérica? ¿Es de práctica común? ¿Es legalmente sancionado?

Depende en cada país, pero en general la idea es que el transfuguismo es una práctica que desestabiliza al sistema de partidos. En algunos sistemas políticos se sanciona directamente el hecho de que se susciten esas prácticas, por ejemplo, con pérdida de escaño. Si tú eres elegido por un partido político, una vez que estás representando el mismo, no te puedes cambiar de bloque, lo que significa que el escaño es del Partido y no de la persona. Esto es perfectamente discutible, ya que en cada país es diferente, pero en general la idea es esa.

5-En el año 1994, se establecieron en la República Dominicana cambios constitucionales importantes a raíz de la crisis que se vivió en ese año, donde se separaron las elecciones presidenciales de las parlamentarias, se establecieron los Colegios Electorales cerrados, y se prohibió la relección presidencial. ¿Cómo ha sido la experiencia de los países latinoamericanos que en algún momento han establecido la reelección? ¿Cree que nuestras instituciones o nuestros sistemas democráticos son débiles ante la figura de la reelección?

Creo que las reelecciones son muy importantes y tiene que haber posibilidad de reelección. Tienen que ser los ciudadanos los que digan “no” a un candidato. Me parece que la reelección incrementa la rendición de cuentas de los políticos frente a los ciudadanos. Esa es mi posición en general, y es la posición de una parte de la doctrina.

Hay que generar posibilidades en que los ciudadanos pidan la rendición de cuentas en su relación con el político, y para eso tiene que haber posibilidades claras de castigo y de premio. La reelección sería el premio, por lo que, si un candidato no tiene chance de reelección, entonces está siendo castigado antes de ser evaluado por parte de la ciudadanía. Considero que la reelección tiene que ser condicionada, es decir, que no sea eterna. 


No obstante, hay sociedades donde este tema es más complicado, como es el caso de México, donde hay toda una política en contra de la reelección, ya que fue parte de la Constitución del Estado mexicano. Aun así, creo que en otras sociedades es un debate que se tiene que tener respecto a la calidad de su democracia.

6-¿Cuáles paradigmas considera usted que tiene que tener en cuenta la juventud que se interesa de manera formal en la Ciencia Política, y en erigir un liderazgo político con propuestas comprometidas en fortalecer la democracia?


La primera idea que yo descartaría es creer que a los 20 años ustedes no necesitan seguir estudiando, pues en algunas sociedades es muy recurrente el éxito fácil. Considero que una persona a los 20 años tiene que estar terminando su Licenciatura, a los 22 tiene que estar haciendo su Máster, y si quiere ser docente tiene que hacer su Doctorado, sea en República Dominicana o fuera. Esa es la primera idea que descartaría, la de que no es necesario, porque sí es necesario. Se tiene la concepción de que lo mejor es el acceso fácil a un puesto público o a un recurso determinado, sin embargo, si queremos realmente transformar la sociedad, necesitamos profesionales formados. 

Mi opción fue salir de mi país e irme a formar al extranjero. Esta no es la única opción, pero a mí me sirvió, ya que viajar hace que relativicemos lo malo y que aprendamos cosas buenas, así como nos damos cuenta de que hay cosas que son maravillosas en nuestro país, y que no es necesario erradicarlas. 


Mi primera sugerencia es erradicar esa idea del éxito fácil. Yo creo que América Latina necesita Doctores y necesita menos gente que diga que hace política. Asimismo, necesitamos politólogos. ¿Todos los políticos tienen que ser politólogos? Mi respuesta es no, lo que pasa es que en República Dominicana no hay Ciencia Política como tal. Aquí hace falta mucho trabajo, gente joven que se apropie de esto, que trabaje por su país. 

Mi segunda sugerencia en que bajen de estratos sociales, es decir, que trabajen directamente en comunidades de base, en comunidades locales, identificando cuestiones, haciendo trabajo de voluntariado, o haciendo trabajo social. La conciencia crítica también se puede generar desde esa perspectiva. A mis estudiantes politólogos les digo: “hagan trabajo de campo, es decir, conozcan y aprendan sobre las sociedades desde abajo”. Yo creo en una Ciencia Política implicada en la transformación de la sociedad en términos de democracia, y necesitamos gente que conozca la realidad de los ciudadanos.



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Las palabras de Elvira Lindo.

El periodismo es un pilar trascendental en la construcción de la democracia y es un arma infalible para despertar la conciencia ciudadana. Los periodistas le han puesto nombre y apellidos a la injusticia y a través del periodismo se ha tejido la esperanza en distintas etapas de nuestra historia. Sin embargo, para algunos periodistas el interés particular puede más que la vocación y es ahí, cuando la nueva generación tiene que revelarse con pasión, ética y profesionalidad, para que el legado de una de las profesiones más hermosas sea indeleble...

Esos son los deseos de Elvira Lindo una escritora que de manera magistral nos convoca a no rendirnos, a confiar en que a pesar de las turbulencias, el  compromiso con la verdad  siempre sale victorioso…




Las palabras de Elvira Lindo:

Ojalá que los futuros periodistas se rebelen. Ojalá que a pesar de enfrentarse a un escenario complicado intuyan que hoy el periodismo es más necesario que nunca y sean conscientes de que los medios, engolfados con el politiqueo, están ignorando esas historias anónimas que definirían el extraño momento que estamos atravesando. Ojalá que no sean cínicos, que ejerzan una crítica implacable contra esos personajillos que desde hace tiempo inundaron las pantallas y no han servido más que para sembrar la creencia de que es legítimo ganar dinero sin hacer el mínimo esfuerzo. Ojalá que no sean mansos y no se dejen arrastrar por esa corriente venenosa que consiste en acudir a las ruedas de prensa para tomar nota sin rechistar. Ojalá que sean tan honrados como para desconfiar del político que les paga un viaje convirtiéndoles en parte de su corte. Ojalá que entiendan que el mejor periodista, en contra de la práctica tan habitual en España, es el que se mantiene lejos del poder, no el que alardea de estar en la pomada. Ojalá que defiendan la dignidad de su oficio y que aspiren a ser profesionales y no eternos amateurs. Ojalá que tengan el amor propio necesario como para dar más de lo que se les pide, y que no lo hagan por el medio sino por ellos mismos. Ojalá que entiendan que en esta situación económica que va a cambiar la vida de varias generaciones es necesario darle voz a los olvidados y sólo un buen periodista puede hacerlo. Dada la precariedad del empleo, la docilidad es tentadora, pero ojalá que no sean dóciles, porque al margen de la invasión de los opinadores, que de manera gratuita exaltan (exaltamos) los ánimos de los ciudadanos, nos hace falta información. Ojalá que haya una nueva generación batalladora que demuestre que el periodismo sigue vivo, que a lo mejor los que estamos un poco muertos somos nosotros.

Publicado en el periódico El PAÍS. Ver enlace:  http://elpais.com/diario/2010/05/19/ultima/1274220001_850215.html



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Hacer periodismo en Latinoamérica


"La libertad de palabra y expresión consiste 
Principalmente no sólo en la libertad del
ciudadano para decir y escribir lo que quiere, sino
también en la libertad de la población para oír y
leer lo que necesita".

Presidente del Tribunal Supremo de Sri Lanka, 25 de mayo de 1987




Imagen obtenida en www.flickr.com

Hacer un periodismo de investigación con reportajes críticos hacia las malas prácticas gubernamentales y ejercer esta profesión cimentada en una función social, empoderando a los-as ciudadanos-as ha generado un escenario de preocupación en aquellos gobiernos que atentan contra la libertad de expresión y contra los derechos básicos de la gente. América Latina no es la excepción, aunque la mayoría de los países tienen democracias formales, los asesinatos, las amenazas, la intolerancia de los gobiernos, la impunidad y la ausencia de políticas de protección efectivas evidencian el riesgo inminente que implica ser periodista en nuestros países.

Una práctica reiterativa de algunos gobiernos de nuestra región es ser intolerantes ante las críticas e investigaciones a sus gestiones y en un pleno abuso de los recursos del Estado y del control de las principales instancias se ha pretendido silenciar al periodismo. Venezuela, México y Ecuador son sólo algunos de los países donde los gobiernos a través de prácticas represivas,  con acción u omisión vulneran el derecho a informar y de esa manera obstaculizan el desarrollo de la democracia ciudadana.

Ecuador bajo Correa: confrontación y represión.

De los países latinoamericanos que muestran claros signos de represión hacia la prensa se encuentra Ecuador. El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) publicó hace unos días un informe denominado "Ecuador bajo Correa: confrontación y represión", que profundiza sobre el estado de la libertad de expresión en Ecuador.

En una investigación liderada por Carlos Lauría, Coordinador para América Latina del (CPJ) el informe destaca las represiones y violaciones a la libertad de prensa señalando que dentro de las medidas empleadas por el gobierno del presidente Rafael Correa están: promover medidas legales restrictivas, lanzar campañas de desprestigio contra los críticos y enjuiciar a periodistas por difamación.

De esta manera el gobierno del presidente Correa ha propiciado un escenario que preocupa a los organismos internacionales  y que El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) ha denominado en su informe como "Una etapa de represión generalizada"

El informe del CPJ "Ecuador bajo Correa: confrontación y represión" destaca varios acontecimientos que afectan negativamente el ejercicio del periodismo y que demuestra la represión hacia  los-as periodistas por parte de las autoridades Ecuatorianas. Así lo ha vivido la televisora "Teleamazonas" que ha sido crítica de la administración del presidente Correa.

¿Las consecuencias? Según el informe del CPJ sus trasmisiones en el 2009 fueron suspendidas por tres días.

¿La amenaza? La televisora investigaba los efectos de la explotación de gas natural sobre la industria pesquera.

Emilio Palacios, editor del diario El Universo reafirmaría los desafíos y amenazas de la libertad de prensa en Ecuador al escribir una columna donde criticaba la actitud y gestión del presidente Correa. Esta columna desató la ira de las autoridades ecuatorianas y en marzo de este año el presidente Correa demandó al periódico por difamación.

A cambio de desistir de la demanda el presidente Correa exigía una disculpa pública y que el diario reconociera su error al publicar la columna. Sin embargo, como señala el informe del CPJ:

"En menos de 24 horas después de iniciar el juicio, un juez de Guayaquil dictó una sentencia que enviaría a cada uno de los cuatro acusados (su editor y tres ejecutivos del periódico) a la cárcel por tres años y además obligaría a ellos y a El Universo a pagar 40 millones de dólares en concepto de daños".

El 20 de septiembre de este año el Tribunal de Apelaciones de Ecuador ratificó la condena de tres años de cárcel y la indemnización al presidente Correa  con 40 millones de dólares.

La investigación realizada por el Comité Para la Protección de los Periodistas (CPJ) conjuntamente con la comisión que viajó a Ecuador ha establecido que las practicas represivas, la actitud de confrontación del gobierno y el estado de represión en Ecuador son muy preocupantes.

De acuerdo con este informe  varios funcionarios ecuatorianos se han adherido a estas prácticas utilizando disposiciones penales de difamación, medidas contrarias a los estándares internacionales y desconociendo a la libertad de prensa como un derecho fundamental para el desarrollo de una democracia ciudadana integral.

A continuación tres de las recomendaciones del Comité Para la Protección de los Periodistas  (CPJ) en su informe "Ecuador bajo Correa: confrontación y represión":

• Utilizar las cadenas en cumplimiento con la ley que autoriza su uso "exclusivamente para información de las actividades de las respectivas funciones, ministerios u organismos públicos".

• Mostrar mayor tolerancia a la crítica en los medios y poner fin a los ataques personales dirigidos a desacreditar a periodistas y medios de prensa. Poner fin al uso de lenguaje cargado, tal como calificar a los críticos como "ignorantes" y "mentirosos".

• Poner fin a campañas sistemáticas orientadas a desacreditar a los periodistas críticos, incluyendo esfuerzos llevados adelante por medios de prensa que simpatizan con el gobierno.

El periodismo en cifras:

Los organismos internacionales y las organizaciones de protección para  periodistas mantienen una posición en común: "La violencia hacia los periodistas es grave, la censura, las amenazas y asesinatos parecen imparables".

Los altos índices de criminalidad en América Latina han provocado que en la agenda gubernamental uno de los puntos prioritario sea la seguridad ciudadana y que los Estados decidan contrarrestar la criminalidad y el crimen organizado con medidas integrales. Sin embargo, todo parece indicar que las autoridades han perdido la batalla ya que las estadísticas  indican la agudización del problema.

En todos los países de la región Latinoamericana y del Caribe en mayor o menor medida la prensa ha sido víctima de represalia, y lo más preocupante es que en países donde se gozaba de alguna estabilidad los ataques son cada vez más frecuentes. La organización Freedom House destaca que las condiciones en la que trabajan los periodistas no son favorables. Para el Comité Para la Protección de los Periodistas (CPJ) los datos son desalentadores siendo el caso de México preocupante con más de 30 periodistas asesinados  desde que Felipe Calderón es presidente.

Los organismos internacionales destacan que este ha sido un año significativamente violento para la prensa Latinoamericana. La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (OEA)  y el Relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión Frank La Rue, han establecido que la impunidad, la censura y la penetración del Crimen organizado son los grandes protagonistas en los ataques e intentos de silenciar a la prensa.México es el país de la región latinoamericana  que encabeza la lista con más asesinatos a periodistas y de acuerdo a los datos proporcionados por el Centro de Periodismo y Ética Pública, Reporteros sin Fronteras, El Comité para la Protección de los Periodistas, International Press Institute, La Comisión Especial para dar Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación del 2000-2011 se han registrado 90 asesinatos de periodistas y 16 periodistas desaparecidos.

¿Qué pasa con los demás países de la región?

De acuerdo a las investigaciones realizadas por el CPJ en Perú seis periodistas han sido  asesinados en represalia directa por su trabajo periodístico desde 1992. En Venezuela se conjugan varios matices que evidencian la crisis de la libertad de prensa con el cierre de canales de televisión,  interrupción en la programación de las televisoras por parte del gobierno del presidente Hugo Chávez y ausencia de medidas  de protección a quienes ejercen el periodismo.

Un denominador común en las amenazas y hostigamiento a los-as periodistas es "La corrupción" los y las periodistas que deciden investigar a las autoridades sobre casos de corrupción han sido amenazados de muerte, así lo reafirman Brasil y Bolivia. En Bolivia cuatro periodistas fueron asesinados este año.

El Comité Para la Protección de los Periodistas está preocupado por las reiteradas amenazas de muerte y hostigamiento contra una periodista que investigó un caso de  corrupción en el Instituto de Investigaciones Forenses del Estado boliviano en abril de este año.

Brasil es otro país en el mapa de las amenazas y hostigamiento de acuerdo  a La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) "Son cinco las muertes de periodistas en Brasil este año por razones que podrían estar vinculadas a su actividad profesional"

Parámetros internacionales para la libertad de expresión:

La libertad de expresión es un derecho fundamental, es un derecho clave y necesario para el empoderamiento ciudadano y la consolidación de la democracia. Sin embargo, en América Latina hay países que no han respetado las disposiciones y convenios internacionales que de manera categórica busca salvaguardar la libertad de expresión y el acceso a la información. Hay países que han avanzado y  otros como Ecuador, Venezuela y Cuba quea través de sus ordenamientos jurídicos y de medidas restrictivas enfatizan un marcado desdén hacia el desarrollo y respeto de la libertad de prensa.

En una introspectiva por los principales países que de acuerdo al CPJ  han avanzado en materia de libertad de prensa y otros que necesitan modificar sus legislaciones no sólo para estar acorde con los instrumentos internacionales sino para garantizar de manera efectiva el derecho a informar y a ser informado-a están:

Costa Rica: Ha sido uno de los países de Centroamérica con las mejores valoraciones en cuanto al ejercicio del periodismo según diversos organismos internacionales. Aunque para el 2007 la Sala Constitucional mantenía vigente la  penalización con prisión a las faltas contra el honor cometidas por medios impresos, en el 2009 la Corte Suprema de Costa Rica eliminó las penas de prisión en caso de difamación.

Ecuador: El reciente informe del CPJ y la posición de la Relatoría Especial para la libertad de Expresión señalan las sombras y el clima de represión que vive Ecuador. En ese sentido en declaraciones para Acento.com.do el Coordinador para América Latina del Comité de Protección Para Periodista Carlos Lauría, declaró: "Las disposiciones de difamación penal en Ecuador contradicen el consenso emergente en América Latina y las garantías constitucionales sobre la libertad de expresión"

Argentina: Es otro de los países de la región donde se evidencia un deterioro en la libertad de prensa. Un paso significado fue la derogación, en noviembre de 2009, de las disposiciones sobre difamación contenidas en su código penal para información de interés público. Sin embargo, la posición de la SIP en palabras de su presidente Gonzalo Marroquín ha sido establecer que la legislación impulsada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner "afecta a la prensa en materia de discriminación de otorgamiento de licencias operativas, con una clara intromisión en los contenidos de los medios y sus criterios editoriales".

Brasil: El posicionamiento de Brasilen el escenario económico mundial no se ha traducido en las garantías de protección que necesitan los-as periodistas y sólo en el 2011 se han registrado la muerte de cinco periodistas. De acuerdo a un informe realizado por el Comité de Protección Para Periodistas (CPJ) un aspecto positivo fue la decisión en abril de 2009, del Supremo Tribunal Federal de Brasil al anular  la Ley de Prensa de 1967, una norma que imponía duras penas para los delitos de calumnias e injurias. Actualmente en Brasil hay una propuesta de ley para restringir el  monopolio de los  medios.

República Dominicana ¿De la impunidad a la censura?

Todo parece indicar que sobre el estado de la libertad de expresión en la República Dominicana han cambiado las formas pero no la esencia, aunque hemos tenido avances en la legislación y en el respeto a la diversidad de opiniones comparado con  aquella época oscura donde connotados periodistas fueron asesinados por la intolerancia del gobierno, padeciendo de persecución y exilio, en la actualidad la impunidad, la quietud que asumen las autoridades ante las amenazas directas que han recibido periodistas dominicanos-as coloca a nuestro país en el mapa de los atropellos y la  vulneración a la libertad de prensa.

Celebramos y saludamos que la Cuarta Sala Civil del Distrito Nacional acogiera el Recurso de Amparo interpuesto por la periodista Nuria Piera contra el Superintendente de Seguros y dirigente peledeísta Euclides Gutiérrez Félix. No obstante, la actitud del gobierno del presidente Leonel Fernández frente a las violaciones y atropellos de este y otros funcionarios crea un mal precedente para la garantía y el respeto del ejercicio periodístico en el país. Al respecto Carlos Lauría, coordinador para América Latina  del  Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) en exclusiva para Acento.com.do señaló que:

"Es muy importante que los-as periodistas investiguen casos de corrupción para la transparencia   de los actos de gobiernos y que tal práctica se haga con total libertad en el ejercicio del periodismo y la libertad de expresión. Cualquier presión directa e indirecta sobre el periodismo por sus informaciones o por su reportaje crítico viola el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, puede ser por asfixia económica, esto evidentemente contradice estándares internacionales. Me parece que es muy negativo y puede promover un clima de autocensura, se trata de cuestiones que no son directamente represiones como las amenazas o como el ataque físico, pero que de todas maneras hacen mella en la economía de los medios  y de los-as periodistas y eso es absolutamente condenado y preocupante"

Si bien la República Dominicana goza de una estabilidad relativa en comparación con otros países que tienen altos niveles de violencia respecto a la libertad de prensa los recientes acontecimientos y las denuncias de periodistas que han recibido de manera directa amenazas por cuestionar a las autoridades dominicanas por su  vinculación con el narcotráfico se quedan en el olvido, ante sus denuncias los-as periodistas dominicanos-as tienen la sensación de  clamar en el desierto.

Saludamos la propuesta del Comité Para la Protección de los Periodista de que otros países decidan crear un ente gubernamental para la Protección de Periodistas amenazados y en riesgo, el cual puede evitar el incremento de asesinatos de periodistas en nuestros países. El Coordinador Para América Latina del Programa de Protección Para Periodista (CPJ) Carlos Lauría ha señalado en cuanto al modelo de protección de periodistas Colombianos-as  que: "Es la creación de un ente gubernamental que proporciona una protección efectiva, rápida, cautelar y policiaca a los-as periodistas esto ha podido prevenir situaciones de periodistas que han recibido amenazas, asesinatos y hechos graves. En Colombia ha funcionado bien porque la sociedad civil y las organizaciones de prensa han desempeñado un rol importante para su funcionamiento y han evaluado conjuntamente con las autoridades la situación de riesgo de los periodistas"

El asesinato del periodista dominicano José Agustín Silvestre, director de la revista "La Voz de la Verdad" y conductor de un programa del mismo nombre en Caña TV, quien en diversas ocasiones había denunciado a las autoridades por tener vínculos con el narcotráfico nos demuestra el riesgo que implica para los-as periodistas dominicanos-as indagar sobre temas de corrupción y  narcotráfico, sobre todo si las autoridades dominicanas están vinculadas. En nuestro país no existen los mecanismos y  las herramientas necesarias que garanticen la seguridad del periodista y recientemente quedo evidenciada la debilidad del sistema judicial dominicano al no realizar una  investigación responsable ante intento de asesinato y las amenazas que recibiera Fausto Rosario Adames, ex director del semanario Clave y Clave Digital, y en la actualidad director de Acento.com.do

Al respecto el CPJ  a través de su Coordinador  Para América Latina del Comité para la Protección de Periodistas Carlos Lauría, ha condenado este golpe contra la libertad de prensa: "Condenamos el uso de violencia por parte de la policía dominicana para impedir la cobertura de noticias. Instamos a las autoridades a investigar el ataque y a procesar a los responsables"

Con este trabajo especial para Acento.com.do nos unimos al llamado de los-as periodistas dominicanos-as que exigen respeto y protección a la libertad de expresión para no vivir la grave situación de violencia e impunidad de muchos países en América Latina. Coincidimos y reafirmamos las declaraciones del Coordinador para América Latina del Comité Para la Protección de Periodistas (CPJ) Carlos Lauría, cuando señala que:

"El asesinato y amenazas  a periodistas es un daño central a un derecho humano y básico, a la libertad de expresión de todos-as los-as ciudadanos-as que daña seriamente la estabilidad del sistema democrático, no es colateral es un daño central a la prensa". 


Mientras esperamos respuestas contundentes por parte de las autoridades dominicanas,  y que los funcionarios-as públicos cumplan y respondan  a la sociedad como servidores públicos con vocación de servicio ciudadano, le recordamos al gobierno dominicano lo establecido por La Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aprobada en octubre del 2000, que expresa :"Los funcionarios públicos están sujetos a un mayor escrutinio por parte de la sociedad"

Autora: Felicia Tavárez Suárez. Este trabajo fue publicado por el periódico Acento dominicano, ver enlace  http://www.acento.com.do/index.php/blog/1868/78/Hacer-periodismo-en-Latinoamerica.html


Los datos utilizados en este trabajo son proporcionados por el Comité Para la Protección de Periodistas(CPJ) con declaraciones de Carlos Lauría, director del (CPJ) en una entrevista realizada para el periódico Acento dominicano http://www.acento.com.do/index.php/news/7669/56/Hay-una-crisis-muy-seria-muy-grave-en-torno-a-la-libertad-de-expresion.html




Imagen obtenida en www.flickr.com

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